Viviendas en La Habana


El régimen castrista está en sus últimas horas. Tras muchos años bajo un cierre al mundo exterior, se espera que poco a poco este cierre sea menos restrictivo y permita la entrada de capital al país. Esta apertura al exterior es muy esperada por la comunidad mundial, con claras intenciones economicas, pero se convertirá en una posibilidad para que los muchos exiliados y expatriados tengan la posibilidad de volver a su tierra. Con estas expectativas se plantea la creación de nuevas viviendas que den cabida a este nuevo incremento poblacional que sufra el pais.
Como solución se plantea un sistema en el cual las viviendas ocupan los espacios alegales de las cubiertas, la mayoría planas, de los edificios de la almendra central de la capital caribeña. Estos módulos, de 1 y 2 habitaciones se ubican en las medianeras de las manzanas adyacentes a la Plaza Vieja, a los cuales se accede por pasarelas servidas por tres torres. Estas torres contemplan también el servicio público que se brinda a la nueva comunidad consistente en 3 espacios de cultura.


El sistema de pasarelas que ofrece acceso a cada una de las viviendas esta compuesto por un entramado que discurre por las medianeras de los edificios existentes. Al ser esto así, las plataformas van adquiriendo la topografía de las propias medianeras, debiendo comunicarse los distintos niveles mediante rampas, las cuales no superaran el 8% de pendiente, o por escaleras si el desnivel es muy pronunciado. El sistema estructural de las pasarelas es el mismo que para las viviendas, mediante apliques sobre las medianeras a modo de pilares sobre los que crear una cama para las propias pasarelas. Como las viviendas necesitan abastecimiento de agua y telecomunicaciones (las otras instalaciones se describen más adelante) estas discurrirán por debajo de las plataformas, y cada vivienda toma la acometida individualmente a la red general de las pasarelas.



3 torres para dar acceso a las pasarelas de distribución a las viviendas. Estas torres también albergan en la testa un uso colectivo para toda la ciudadanía cubana con las 3 salas de arte. Para una mejor relación con el entorno, el vástago vertical se piensa en vidrio con efecto espejo, para conseguir una sinergia entre el espacio histórico y la nueva construcción sin romper la esencia del lugar dando sensación de transparencia, sirviendo también como mirador ascendente desde el ascensor interior. Las salas se plantean como algo totalmente contrario al pilar, como algo pesado y macizo que de rotundidad pero que junto con el elemento vertical de una sensación de flotar en el cielo habanero.